¿Qué tienen en común Nueva York, Shangai o Londres con las primeras civilizaciones humanas que colonizaron el mundo? todos los casos contaban con diversidad. En el presente, un mundo globalizado, la integración de diferentes culturas, perspectivas y habilidades ha demostrado ser un elemento clave para el desarrollo de sociedades, civilizaciones y países, además del progreso mundial y la innovación económica.
Para comprender la diversidad genética que encontramos hoy en el mundo tenemos que comprender que esta se dio hace millones de años, con las migraciones fuera de África del Homo Sapiens. Las primeras poblaciones se vieron favorecidas por la mezcla de diferentes grupos genéticos a la hora de adaptarse a nuevos entornos, lo que generó una mayor resiliencia frente a enfermedades, variabilidad climática y otros retos. Gracias a esta resiliencia, los seres humanos sobrevivieron y prosperaron. Aquellas poblaciones que migraron y se asentaron en diferentes partes del mundo desarrollan más capacidades y estrategias colectivas lo cual les facilitó la creación de estructuras sociales, instituciones e innovaciones tecnológicas.
Miles de años después, en la actualidad, la diversidad continúa siendo un motor clave para la prosperidad y el desarrollo y crecimiento sostenido. Las ciudades más exitosas y las economías más prósperas e innovadoras con, en su mayoría, las más diversas. Nueva York, centro global de negocios y cultura, o Silicon Valley, el epicentro de la innovación tecnológica, son la ejemplificación ideal de cómo la diversidad no solo impulsa la creatividad, sino que también promueve un entorno económico más dinámico. Gracias a la integración de diferentes habilidades, culturas y puntos de vista, los humanos somos capaces de generar un ambiente propicio para el emprendimiento y la creatividad.
Otro gran ejemplo fue la pandemia del COVID-19. Este fue un claro ejemplo de cómo, no solo en momentos de crecimiento, sino también en tiempos de crisis, la diversidad puede salvar a la humanidad. Las naciones con fuerza laboral diversa pudieron adaptar rápidamente sus circunstancias, ya que contaban con un amplio espectro de habilidades y enfoques para afrontar los desafíos, surgiendo soluciones ante los problemas que surgieron, mucho más rápido que en otras naciones.
No obstante, la diversidad no siempre es fácil de gestionar. Las sociedades que no logran obtener un equilibrio entre diversidad e inclusión, pueden enfrentar grandes tensiones, que resultan en desigualdades y conflictos sociales relacionados con la integración y la cohesión social. Un ejemplo de naciones que enfrentan estos problemas son los Estados Unidos o Brasil, donde unas instituciones que fomentan la cooperación e inclusión social, podrían mitigar los riesgos y adversidades que presentan hoy sus sociedades. Para aprovechar los beneficios y omitir las desigualdades de la diversidad es necesaria la construcción de instituciones inclusivas, que fomenten la cooperación. Oded Galor, en su libro
El viaje de la humanidad, explica claramente cuales son los desafíos, ventajas y medidas a tomar, que se han dado y siguen dándose en las naciones.Como ya hemos comprendido, la diversidad genética ha sido un motor clave para el desarrollo humano, impulsando nuestra capacidad para adaptarse, innovar y superar desafíos. Actualmente, en un mundo globalizado, la diversidad sigue siendo un factor crucial para el desarrollo económico. No obstante, para que sus beneficios puedan ser disfrutados, es necesario que las sociedades e instituciones tengan en cuenta los desafíos de la integración, creando entornos donde todas las voces sean escuchadas.
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