América Central es una región rica en biodiversidad pero enfrenta uno de los mayores retos en la actualidad: encontrar el equilibrio entre el desarrollo económico y la urgencia de proteger su medio ambiente. Es una región que, por su situación geográfica, enfrenta con frecuencia desastres naturales como huracanes o deslizamientos de tierra, además, sufre los efectos del cambio climático siendo un región muy dependiente del sector agrícola y el turismo, altamente afectados por estos fenómenos. Por ello, alguno de los países han comenzado a tomar medidas para lograr un crecimiento económico que sea sostenible.
¿Cómo pueden lograr este avance sin comprometer su futuro medioambiental? Costa Rica podría ser un claro ejemplo de un país que ha realizado esfuerzos por alcanzar una economía menos comprometedora con el medioambiente, mientras que otros países como El Salvador o Guatemala aún luchan contra lo efectos negativos de la agricultura intensiva, deforestación o la falta de infraestructuras para mitigar el impacto del cambio climático.
Costa Rica ha implementado medidas de política verdes, es decir, que minimiza los impactos ambientales negativos y fomenta el bienestar social. Ha destacado por su compromiso de ser carbono neutral para 2050. Es un país que ha invertido en energías renovables y ha protegido gran parte de su territorio creando parques nacionales. Todo ello ha contribuido a la generación de oportunidades económicas como el ecoturismo e inversiones en energía limpia, además de conservar el medio ambiente.
Por otra parte encontramos a otros países como Guatemala o El Salvador que enfrentan graves problemas tanto en la protección de su medio ambiente como en sus economías. Al ser países muy expuestos a los desastres naturales, además de la degradación de la tierra y la deforestación, sus economías se encuentran dañadas. El sector agrícola, la primera fuente de ingresos, se ve cada vez más afectado por los desastres naturales que son a su vez resultado del cambio climático, al que estos países contribuyen pero, no son en ningún caso los principales responsables de la situación tan extrema que viven. Estos problemas son además una amenaza para la seguridad alimentaria y la estabilidad económica.
La sostenibilidad no solo depende de políticas ambientales tomadas por los países más desarrollados y avanzados tecnológicamente, también se necesita un modelo económico inclusivo que combine el crecimiento con la justicia social. Estas políticas como la inversión en las infraestructuras resilientes y en energías limpias y renovables son cruciales para disminuir los efectos del cambio climático y proteger las economías de los países más vulnerables.
Las diferencias entre los países de esta región se ven claramente cuando se analizan variables económicas e institucionales como el PIB pc, la inflación y deflación, el gasto en investigación, índice de estabilidad política, etc. obtenidos en la página del Banco Central Europeo, donde, al compararlos, observamos las claras diferencias en sus niveles de desarrollo y crecimiento económico y social.
Estas diferencias podrían mitigarse si países como Costa Rica demostraran que es posible integrar la sostenibilidad en el modelo económico y los demás países de la región siguieran su ejemplo, aunque aún quede mucho trabajo por delante.
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